Rusia y las acciones de su mandatario Vladimir Putin no dejan de ser noticia, pero en esta oportunidad no es por la guerra en contra de Ucrania, sino por la decisión del presidente de dejar a Microsoft y darle paso de lleno al país al sistema operativo Linux.
Putin quiere dejar de lado todos los servicios que sean liderados por Estados Unidos, debido a que este país ha mostrado en reiteradas oportunidades su apoyo a Ucrania durante el conflicto.
Pues ahora, Rusia ha querido armar su propia guerra, pero en contra de Microsoft, dándole carta abierta a Linux, y con ello el Ministerio de Desarrollo digital ha comenzado las operaciones para el cambio de sistema operativo, porque lo todos los softwares deben de ser adaptados para que funcionen perfectamente fuera de Windows.
Un cambio que supone un gran coste de dinero
Realizar el cambio establecido por Putin no es una tarea sencilla, ya que así como la mayoría de países en el mundo Rusia se fundamenta en su mayoría de Windows, pero ahora todos los habitantes deben de adaptarse a un nuevo sistema.
Este cambio obliga a todos los desarrolladores a programar de nuevo y desde cero las aplicaciones, pues sino será imposible que se efectué una migración eficaz completa y garantizar que se mantengan los sistemas criptográficos.
Todo esto supone un muy amplio trabajo para los desarrolladores y además un costo elevado.
La migración no se hace de un día para otro
Frente a todo este nuevo conflicto, la compañía Microsoft no ha dado ningún tipo de declaración y lo más seguro es que tampoco lo haga. La realidad es que la migración de un software a otro puede durar al menos dos años.
Este nuevo movimiento afirma que Putin y todo su gobierno quieren desconectarse por completo de todo lo que tenga relación con Estados Unidos, así le suponga un gran gasto. Por ello ke darán el protagonismo a Linux, una compañía que se creía extinta y moribunda
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