Comportamiento pasivo-agresivo: aprende a identificarlo

El comportamiento pasivo-agresivo puede deberse a un síntoma de trastorno mental. Por ello, esta afección puede perjudicar la capacidad de crear y sostener relaciones saludables, en la vida de una persona, incluyendo problemas en el trabajo. A continuación, conoceremos un poco más de esta afección.

¿Cómo es el comportamiento de una persona pasivo-agresivo?

Las personas que tienen un comportamiento pasivo-agresivo son muy sutiles al expresar sus sentimientos negativos mediante sus acciones. A la vez, esto crea una separación entre lo que hace y lo que dice. Por ejemplo, una mujer trabaja con su novio en la misma empresa, y se molesta con él porque trató con amabilidad a una compañera.  Sin embargo, en vez de decirle que está enojada con él, decide subir el volumen de la radio para molestarlo.

En ocasiones puede que una persona no esté consciente de su problema, de hecho que no perciba que presenta características como las siguientes.

  • Quejarse constantemente sobre sentirse engañado o menospreciado.
  • Presentar una conducta pesimista, cínica o un tanto agresiva.
  • De manera intencionada cometer errores o retrasar algo, cuando le piden en su trabajo solicitudes de otras personas.
  • Amargura o un trato desagradable hacia las peticiones de otras personas.
  • Mostrar una actitud de resentimiento por las exigencias de otros.
  • Culpar a otras personas de sus propios errores.
  • Realizar tareas de manera poco eficiente.

Causas del comportamiento pasivo-agresivo

Se desconoce la causa exacta del comportamiento pasivo-agresivo. A pesar de eso, se cree que los factores ambientales y biológicos pueden ser un detonante para desarrollar este tipo de actitud. Los investigadores han señalado que las personas que muestran esta conducta, comienzan a aflorarlo desde la infancia. También la dinámica familiar, la paternidad y algunas otras influencias presentes en la infancia podrían ser factores contribuyentes.

¿Cómo tratar el comportamiento pasivo-agresivo?

El tratamiento principal es acudir a un terapeuta de salud mental, este te puede ayudar a identificar el problema y brindarte la guía para cambiar tu comportamiento. Asimismo, te puede enseñar estrategias eficaces para superar y enfrentar situaciones de manera objetiva, incluso, resolver problemas de una forma saludable.

El entrenamiento asertivo también te puede ayudar a tener el control de tu comportamiento. Este tipo de cursos, te enseña a expresar tus preocupaciones y pensamientos de un modo efectivo, ya que te ayudan a identificar comportamientos negativos causados por la frustración y la ira.

También hay algunas cosas fáciles que puedes realizar diariamente que contribuirán a eliminar el comportamiento pasivo-agresivo. Los cuales Incluyen:

  • Ponerte la meta de expresar tus sentimientos de forma saludable y ser honesto con los demás.
  • Mantener el optimismo.
  • Respirar profundo antes de reaccionar a situaciones que te generan molestias.
  • Pensar con claridad antes de actuar.
  • Identificar las posibles razones de tu actitud.
  • Estar consciente de la importancia de mejorar el comportamiento.

Aunque puede ser un desafío cambiar el comportamiento pasivo-agresivo, principalmente si este se desarrolló durante la infancia, sí es posible trabajar para resolverlo. Sobre todo, si buscas ayuda con un terapeuta mental. Recuerda siempre que eres responsable de tu forma de comportarte y puedes hacer cambios en el momento que lo decidas.

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