El neoclasicismo es un movimiento literario y artístico que surge en Europa en el siglo XVIII y se inspira en los valores y el arte de la antigüedad clásica o grecorromana. Se expresó en diversos campos artísticos: literatura, arquitectura, pintura, escultura y música.
La principal expresión estética de este movimiento fue la iluminación o ilustración, por lo que fue muy bien recibida por países americanos como Estados Unidos y encontró inspiración para la independencia. Se puede decir que el neoclasicismo se consideró a sí mismo un movimiento revolucionario. Los escritores neoclásicos argumentaron que la sociedad debería ser más equilibrada y menos asimétrica.
Los artistas neoclásicos vieron el racionalismo como una bandera contra el fanatismo que condujo a las recientes guerras de religión en Europa. En este sentido, el clasicismo clásico vuelve a ser visto como un ejemplo a imitar, pues en ese momento nació la filosofía de la historia, la ciencia y la democracia. Para comprender mejor estas ideas destacamos algunos planteamientos de los reconocidos representantes del neoclasicismo.
Literatura en el neoclasicismo
Los grandes representantes de la Ilustración se concentran mayoritariamente en la filosofía, donde destacan: Voltaire, Roussean y Montesquieu. La creación literaria de este período tendía al culto a la razón y al rechazo del dogma religioso. Sus principales características son las fábulas y el drama, aunque también es popular la poesía neoclásica. Destacan algunos autores neoclásicos, como La Comedia Nueva (1796) y El sí de las Niñas (1805), comedia en tres actos, del dramaturgo español Leandro Fernández de Moratín (1760-1828).
Hacemos mención de algunos autores y obras del neoclasicismo:
Voltaire – Cándido o el Optimismo (1759)
Esta obra de carácter satírico es una de la más importante del famoso filósofo Voltaire aunque este autor jamás reconoció la autoría de Cándido. Narra la historia del joven Cándido, pupilo de Pangloss, quien le enseña que el optimismo guía el funcionar de la vida y que todo sucede para bien en éste, el mejor de los mundos posibles, aunque a lo largo de la obra se van sucediendo una serie de desgracias con las cuales Cándido descubrirá que ni el optimismo guía el mundo ni este es maravilloso.
Voltaire –Tratado sobre la Tolerancia (1763)
Esta obra está inspirada en un acontecimiento que le impresionó profundamente, narra el juicio y ejecución de Jean Calas, un empresario que fue acusado de asesinar a su hijo que se había convertido al catolicismo. La obra es una crítica brutal a la intolerancia y el fanatismo, así como a la superstición y los misterios religiosos. No se presentaron pruebas en el juicio de Calas y nunca confesó haber asesinado a su hijo, a pesar de haber sido torturado. La reacción popular y el miedo de los jueces fueron determinantes para condenarlo. El filósofo francés ha lanzado una campaña para retirar los cargos con el fin de demostrar la intolerancia religiosa. El rey depuso al jefe de los magistrados y finalmente, ya Calas muerto, fue absuelto. La Familia fue multada por acusaciones falsas.
Jean-Jacques Rousseau –Emilio (1762)
Esta obra es la más conocida de este autor. Fiel a su principio de que una persona nace buena y sus vicios sólo resultan de una condición social mal organizada y de una educación fundamentalmente errónea, Rousseau quiso confirmar en este libro los principios de la educación natural; y según la moda de la época, lo hizo revistiendo su tratado con una especie de «novela pedagógica». Rousseau critica la opresión que caracterizó al sistema educativo de la época y fue la tarea principal de la construcción de una sociedad democrática. Tras su publicación, la idea fue perseguida, por lo que tuvo que huir de su país.
Denis Diderot – La Monja (1780)
Esta obra de género narrativo es el relato de una monja francesa que en 1758 buscó la liberación de sus votos. Es una de esas novelas que no tiene época ni edad. En ella se narra la historia de Susana Simonin, que tuvo que soportar la vergüenza de ser producto del adulterio de su madre tan dolorosamente como muchas personas enfrentan a diario los obstáculos, a menudo legales, del prejuicio y la discriminación. La historia alterna entre las experiencias más difíciles de Susana, que sufrió en su paso por instituciones religiosas, y su lucha por regresar a la vida secular. A través de su heroína, con sueños de razón y justicia, que los intelectuales ayudaron a construir la época moderna; los sueños no están impulsados por ideales abstractos y modelos de perfección inalcanzable, sino por el deseo de construir un orden social que pueda satisfacer los deseos más importantes de cada persona.
La pintura neoclasicista
En la pintura neoclásica prevaleció el dibujo y la forma sobre el color, predominó un orden social y político fundado en la razón y la moral por encima de las emociones, los sentimientos y la irracionalidad que solía exhibir el arte barroco. Se inspira en la escultura, especialmente en los relieves dotándola de un carácter escultórico.
Algunas características de la pintura neoclásica:
- Los pintores neoclásicos refutan los efectos ilusionistas del Barroco y lo tachan de irracional y reprobable moralmente.
- Retratos mitológicos y pinturas históricas como temas principales en las obras.
- El mundo clásico como tema predilecto.
- Armonía de proporciones y luz.
Destacados pintores neoclásicos:
Jean -Auguste-Dominique Ingres –“La Gran Bañista” (1780-1867)
Una de las obras más bellas de este pintor francés quien hizo retratos y pinturas legendarias de la antigüedad así como también desnudos sin ningún toque de vulgaridad. Es sorprendente la pureza de los trazos y demás detalles que hacen parecer sus obras muy sensuales y graciosas.
Esta obra de un desnudo de espaldas, que se convirtió en el modelo del artista para otras composiciones, es una obra maestra de luz y armonía, y se considera uno de los primeros desnudos modernos. Originalmente titulada Mujer Sentada, es un óleo sobre lienzo que mide 146 cm de alto por 97,5 cm de ancho. Fue pintado en 1808 y, aparte del escándalo «demasiado atrevido» de Napoleón en el Salón de París de 1806, las críticas fueron moderadas. Solo después de la Exposición General de 1855, la obra de Ingres recibió elogios e incluso comparaciones con Rembrandt.
Jacques-Louis David -“El rapto de las Sabinas” (1748-1825)
Pintor francés de gran reconocimiento en el estilo neoclásico. Su inspiración se basaba en modelos escultóricos y mitológicos de la antigua Grecia. Su obra fundamenta a la perfección los estremecidos momentos que vivió su país. Plasmó perfectamente los rasgos del General Bonaparte quien admiró su talento y lo tomó como su pintor oficial. Su obra destacada “el rapto de las sabinas” va muchos más allá de una simple representación histórica en la cual destacó la necesidad de reconciliación del pueblo francés tras los hechos de la Revolución Francesa. David utiliza un tema histórico como alegoría de la situación en Francia a finales del siglo XVIII.
Esculturas destacadas del neoclasicismo y sus autores
Las esculturas neoclásicas aparecieron por primera vez en la segunda mitad del siglo XVIII y estuvieron fuertemente influenciadas por las obras de los antiguos griegos y romanos. Los avances en arqueología han revelado asombrosas obras de arte de la antigüedad clásica que los arquitectos modernos han tratado de imitar. Estas esculturas se destacan por su simetría, proporciones perfectas y armonía general en las formas. Los artistas intentaron reflejar una comprensión profunda de la anatomía humana. A continuación mencionamos algunas magníficas obras de arte y sus escultores:
Jean-Baptiste Pigalle – “Mercurio Atándose las Alas” (1740)
En 1741, Pigalle buscó la aprobación de la Academia Francesa de Pintura y Escultura, para la cual esculpió la escultura de terracota «Mercurio Atándose las Alas», en la que mostró un gran potencial dinámico en una figura agachada añadiéndole vitalidad y energía a la figura. La Academia le pidió que recreara la escultura utilizando mármol en lugar de terracota. Fue aceptado como miembro en Julio de 1744.
Jean-Antoine Houdon-“invierno” (1787)
Este escultor francés fue una figura clave del período neoclásico, conocido por sus esculturas de personajes destacados de la historia moderna. “Invierno” se representa como una figura femenina desnuda con un pañuelo que cubre su cabeza y cuerpo pero dejando el resto de su cuerpo expuesto a los elementos. Fue una de las figuras desnudas más representativa de las estaciones extremas, invierno y verano. Esta versión del invierno tallada en terracota se exhibe en el museo Fabre de Montpellier.
Richard Westmacott – “Estatua de Aquiles” (1822)
Esta estatua representa al héroe mitológico griego de la Guerra de Troya. Fue encargada por el rey Jorge III para rememorar al político y soldado Arthur Wellesley y al primer duque de Wellington. La estatua de 18 pies de altura se inauguró el 18 de junio de 1822.
La escultura fue la primera que se inauguró en Hyde Park y se encuentra cerca de la Puerta de la Reina Isabel. Para crear la escultura se utilizaron 33 toneladas de bronce, obtenidas de cañones capturados durante las campañas francesas dirigidas por Wellington. La cabeza de la estatua está hecha a imagen y semejanza del duque, y el cuerpo se basa en una estatua romana que se dice fue encontrada en Monte Cavallo, Italia. Aunque la escultura se presentó originalmente completamente desnuda, se añadió una hoja de parra poco después de su develación debido al clamor público
Arquitecturas famosas del neoclasicismo
La arquitectura neoclásica es un estilo derivado primordialmente de la arquitectura de la antigüedad clásica, donde se pretende utilizar formas griegas en vez de italiana, es decir un movimiento con diferentes manifestaciones desde Norteamérica hasta Rusia. El neoclasicismo en la arquitectura marcó un regreso de la relación racionalismo y la arquitectura neoclásica. El estilo se puede ver en sus detalles como una reacción contra el ornamento naturalista de estilo rococó, y en sus fórmulas arquitectónicas como consecuencia de algunos rasgos clásicos de la tradición arquitectónica barroca tardía. La arquitectura neoclásica se sigue diseñando, pero se le puede llamar la nueva arquitectura clásica de los edificios modernos.
Juan de Villanueva – “Museo Nacional del Prado” (1785)
Inicialmente esta edificación se diseñó como Gabinete de Ciencias Naturales en Madrid por disposición de Carlos III. Pero el destino final de esta edificación llego por decisión de la reina María Isabel de Braganza esposa de su nieto Fernando VII de crear un Real Museo de Pinturas y Escultura. En este museo tan relevante se exhiben grandes obras de pintores reconocidos como: Velázquez, el Greco, Goya, el Bosco, Rubens y Goya. Es el museo que tiene la recopilación de las obras más famosas del mundo, se basa principalmente en pinturas de los siglos XVI al XIX. Entre las pinturas que se exhiben están las pinturas española, italiana, flamenca, francesa, alemana, neerlandesa, británica y de otras escuelas.
James Hoban – “Casa Blanca” (1800)
La Casa Blanca, esa elegante mansión que se ve en la actualidad es muy diferente a la casa de estilo georgiano diseñada por el arquitecto irlandés Hoban en el siglo XIX durante la presidencia de George Washington. Su diseño original fue evolucionando a través del tiempo, pues la Casa Blanca refleja la historia de la nación a través de las variadas colecciones que cada uno de sus residentes dejó en sus muros. A pesar de los cambios muchos años después, esta histórica casa siempre reconocerá a Hoban como el primer arquitecto que trabajó en este proyecto. En el presente La Casa Blanca es el recinto oficial y el centro principal de trabajo del presidente de los Estados Unidos.
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