Diferentes zonas del mundo tiene temporadas calientes, esto en muchas oportunidades es llamada como ola de calor, un término indeterminado que da lugar a definiciones subjetivas. Este fenómeno puede intensificarse a medida que se desarrolla la crisis climática.
El mundo está presenciado olas de calor frecuentemente intensas
El mundo ha presenciado a un hecho sin antecedentes: por ejemplo, Canadá, una región preparada a vivir bajo el frío, ha conseguido temperaturas extremas que han terminado con el registro de 49,6 grados Celsius. Estos registros es similar a los que se han apreciado en el Sáhara los últimos días, por lo que muchos investigadores han consolidado con contundencia que Canadá ha tenido una ola de calor récord.
Es evidente que la ola de calor es más ambigua de lo que parece. Un estudio por parte de la Agencia Estatal de Meteorología indica que una ola de calor se fundamenta ante un episodio de temperaturas anormales altas, que puede durar varios días, afectando una parte importante de una región. Aunque, no existe un paso claro que deduzca las temperaturas altas y por cuantos días debe considerarse como tal.
“Esa ambigüedad en el término da espacio a las interpretaciones relativas de lo que es una ola de calor, visualizándose en muchas oportunidades una tendencia a extremar sobre el tema”, indica Aemet en una investigación donde se exponen el caso de dos jurisdicciones españolas:
“En Sevilla se ha presenciado calor extremo, por ejemplo cerca del 60% los días de julio y agosto presenciaron temperaturas por arriba de 35 °C y el 25% por arriba de 38 °C. A pesar de haber llegado a una temperatura máxima de 38 °C, la ciudad de Sevilla, aún no se encontraba en una ‘ola de calor’”, prueban.
Por otro lado, en Molina de Aragón se presenciaron temperatura máxima de 38 °C, pero debido a las condiciones que Molina de Aragón muestras sí podría haber sido parte de una ‘ola de calor’, indican los expertos, ya que fue una temperatura apreciada de forma rápida, sin variaciones como lo fue en Sevilla.
En este espacio, y tras probar con diferentes umbrales, los expertos indican que una ola de calor se fundamentó en un episodio de tres días continuos donde el mínimo el 10% de las épocas de medición registran temperaturas máximas por arriba del percentil del 95% de su continuidad de temperaturas diarias durante julio y agosto en un intervalo de 1971 al 2000.
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