El tejido industrial representa una de las grandes potencias económicas y empresariales de nuestro país, responsable de mantener un nivel de productividad óptimo de cara a abastecer a la población con todo lo que necesita en su día a día. Conocer los procesos más habituales en este sector se antoja fundamental, sobre todo si se está montando un negocio de dichas características. Debido a ello, hoy queremos hablar de los procesos de marcaje: un sistema clave en la cadena de producción que optimiza en gran medida la productividad y el control sobre las labores cotidianas.
En qué consiste el marcaje de productos
El marcaje de productos consiste en realizar una señal en diferentes artículos o piezas que se emplean en la cadena de producción. Puesto que suelen ser elementos elaborados con materiales pesados, como el acero, se requiere el uso de marcadoras de última generación. Unos dispositivos que garantizan el cumplimiento de esta tarea de una forma clara y precisa, garantizando que todo se resuelve con la máxima eficiencia posible.
Pero, ¿por qué es tan importante llevar a cabo esta acción industrial? Mediante el marcaje de productos, se inserta cierta información esencial para llevar el máximo control en cada una de las fases de producción. También se pueden imprimir ciertas características del artículo en cuestión, identificando así con rapidez la pieza de la que se trata para ahorrar tiempo en las siguientes etapas por las que va pasando dicho producto.
En cuanto a los datos que se suelen incluir en el marcaje, encontramos una gran versatilidad de opciones. Algunos de los más destacados son el número de lote y serie o la fecha de producción y vencimiento. Sea como sea, el objetivo es plasmar de manera física algo que sea de interés tanto para el resto de los participantes en la cadena de suministros o incluso para el cliente final.
Tipos de marcaje
Siguiendo lo previamente comentado, en el marcaje industrial no solo varía la información que se incluye. Sino que también existen diferentes formatos a la hora de imprimir información en las piezas; por lo que es fundamental conocer todas las clases de marcaje que hay para así poder tomar la decisión más acertada en cada caso.
Uno de los más comunes es el DPM: un sistema único para las diferentes piezas y que cuenta con información exclusiva que servirá para el posterior rastreo. Asimismo, también destaca el código de barras, empleado desde hace décadas en el ámbito industrial. Dicho código aloja datos que se interpretan a través de un lector óptico. Así es: como en los supermercados.
Por último, encontramos uno de los tipos de marcaje más innovadores: el código Datamatrix. Se trata de una matriz de datos en 2D que codifica toda la información que se debe transmitir con dicho sello. Es una cuadrícula que se puede leer con diferentes dispositivos para así agilizar el acceso a dicha información. También desde varios ángulos, optimizando los procesos en la cadena de producción.
Qué clases de marcadoras existen
En último lugar, te queremos hablar de las máquinas de marcaje que existen hoy en día. Cada empresa deberá elegir según las necesidades que presente. Una de las más baratas y sencillas de usar son las de micropercusión, que realiza el sello en cuestión mediante un punzón en materiales como el acero inoxidable, los plásticos o las aleaciones.
Si buscas algo más moderno, entonces te recomendamos que te pases a las marcadoras láser. El grado de precisión de estos dispositivos es incontestable, siendo la mejor alternativa para los códigos Datamatrix. Unas máquinas que trabajan a la perfección con el aluminio, el acero, el cobre, el hierro y los plásticos resistentes.
Por su parte, las marcadoras de rayado utilizan un sistema similar a la de la micropercusión, sustituyendo el punzón de acero por una punta de diamante y carburo. A través de la presión neumática, realiza el marcaje sobre la superficie de la pieza con precisión y profundidad. Así pues, las opciones son muy variadas y depende de ti tomar la decisión correcta en cada caso.
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