Verse bien es sentirse bien. Tras esa afirmación se ocultan un sinnúmero de posibilidades con las que cualquier persona cuenta a la hora de mejorar su calidad de vida. El ejercicio físico es uno de los pilares para lograrlo, y la creciente demanda de los gimnasios a nivel global, no solo en países como México -por citar un caso-, pudiera estar relacionada con ello.
Un gimnasio, un centro de fitness o un gimnasio con alberca; hoy en día las posibilidades de encontrar el lugar ideal para entrenar son mayores, puesto que muchos establecimientos de este tipo se han especializado en rutinas específicas, en formas de entrenar y hasta en objetivos específicos de cara a los resultados que esperan sus clientes.
Pero más allá de esa masificación, profesionalización y expansión del sector -consecuencia misma de la madurez que ha alcanzado-, la creciente demanda de este tipo de establecimientos por parte de las personas tendría que ver con otras tantas razones.
Actividades con propósito
Todo comienzo de año es buen momento para retomar planes que hayan quedado sin cumplir. El ejercicio físico, mantenerse activos, bajar de peso o ganar músculo, suelen ser objetivos o propósitos típicos de personas que quieren darle un mejor sentido a su calidad de vida y a su salud. Es, también, una de las razones por las que el servicio de gimnasios de calidad es tan solicitado.
De la misma manera ocurre con la necesidad de hacer actividades que permitan divertirse y relajarse a partes iguales. Para nadie es un secreto que el trajinar diario de la vida y la rutina puede hacer colapsar hasta el cuerpo mejor preparado en términos de vitalidad y salud. Hacer ejercicio físico de alta intensidad está comprobado que puede bajar los niveles de estrés, brindar sensaciones de relajación y de felicidad.
Mejorar la apariencia física
La apariencia física está asociada al ámbito social, pero también a las relaciones de pareja, a sentirse bien consigo mismo -autoestima- y, en general, a sentirse bien de cara a todas las actividades del día a día.
De hecho, verse mejor es una de las razones más comunes por las que las personas -sobre todo las más jóvenes- comienzan en los gimnasios, aunque después se mantienen por otra serie de propósitos o razones, donde el bienestar y las sensaciones placenteras que sienten al hacer las rutinas de cada día figuran como las principales.
Salud corporal y emocional
La cantidad de profesionales de la salud, de distintas especialidades, que recomiendan el ejercicio físico moderado o de alta intensidad para mantener altos niveles de salud corporal y emocional, es enorme.
Y es que apuntarse a un gimnasio -y acudir, claro está- es recomendado para personas que quieran combatir males como:
- El sedentarismo o la falta de actividad física diaria.
- La obesidad o sencillamente la sensación de gordura.
- Problemas asociados a la recuperación de lesiones.
- Fortalecimiento de algunas zonas del cuerpo, para prevenir lesiones futuras o corregir problemas de salud.
Pero, a nivel emocional o mental también está demostrado que brinda mucho alivio para personas que sufren de alguna patología o tan siquiera malestar relacionado con temas como:
- Estrés y fatiga mental, sobre todo relacionado con el trabajo.
- Depresión o ansiedad, ya que el ejercicio puede bajar estos niveles y permitir que las personas tengan un día más tranquilo en general.
- Insomnio o problemas relacionados con alteraciones del sueño. El ejercicio, sobre todo en las primeras horas de la mañana o últimas horas de la tarde-noche, está demostrado que ayuda al cuerpo a reconfigurar su reloj biológico.
En definitiva, las razones que llevan a las personas a apuntarse a un gimnasio son muy variadas. Hay quienes se lo plantean como un reto divertido por cumplir, otros, por un compromiso con una tercera persona. Pero, por norma general, verse bien, sentirse bien, corregir problemas de salud o sencillamente preparar el cuerpo para actividades o exigencias de mayor valía, son las razones más conocidas.
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