La enfermedad de hígado graso es una afección con pocos o ningún síntoma, catalogada como una enfermedad silenciosa. Por tanto, es posible que la persona no presente síntomas incluso si ha desarrollado cirrosis provocada por la esteatohepatitis no alcohólica. A continuación, te ofreceremos más detalles de este padecimiento.
Causas de la enfermedad del hígado graso
Aunque las investigaciones aún no han dado con las causas reales de esta enfermedad, si sugieren algunas razones que pueden llevar a desarrollar hígado graso no alcohólico. A continuación, conoceremos las posibles causas:
Afecciones de salud
Una persona está mucho más propensa a desarrollar hígado graso cuando tiene las siguientes afecciones:
- Concentración de grasas en la sangre de forma anormal.
- Obesidad o sobrepeso.
- Cuando presenta uno o más rasgos del síndrome metabólico.
La dieta y el aparato digestivo
Los investigadores están estudiando si la fructosa usada en la dieta diaria, podría ser un factor en el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. También los expertos han examinado la relación entre dicha enfermedad y los microbiomas, que son bacterias que se encuentran en el tubo digestivo que contribuyen con la digestión.
Genes
Las investigaciones realizadas por los expertos han descubierto que existen ciertos genes que podrían aumentar la posibilidad de desarrollar hígado graso. Por tanto, este hecho podría explicar el por qué esta enfermedad resulta más común entre algunos grupos étnicos y raciales.
Síntomas que provoca el hígado graso
La enfermedad del hígado graso no alcohólico por lo general no provoca ningún síntoma. Sin embargo, cuando lo hace, la persona puede manifestar:
- Fatiga.
- Molestia o dolor en la zona superior derecha del abdomen.
Por otro lado, cuando la enfermedad ya está avanzada, presenta los siguientes síntomas:
- Abdomen hinchado.
- Justo debajo de la superficie de la piel los vasos sanguíneos se ven agrandados.
- Las palmas de los pies y manos enrojecidas.
- Color amarillento en los ojos y en la piel.
Factores de riesgo
Variedades de factores como los siguientes pueden aumentar el riesgo de padecer hígado graso:
- El hipotiroidismo.
- El hipopituitarismo.
- Colesterol elevado.
- Niveles altos de triglicéridos.
- La apnea del sueño.
- La diabete tipo 2.
- El síndrome metabólico.
- Obesidad, pero sobre todo cuando la grasa se concentra en el abdomen.
- El síndrome de ovario poliquístico.
Cómo prevenir el hígado graso
Para reducir el riesgo de padecer hígado graso puedes seguir los siguientes pasos:
- Hacer ejercicio si es posible todos los días de la semana. No obstante, es necesario contar con la ayuda de un especialista, para que este, pueda recomendar las rutinas de ejercicios adecuadas para adaptar al cuerpo.
- Elegir el consumo de una dieta saludable basada en frutas, vegetales, cereales integrales, verduras y grasas saludables.
- Controlar el sobrepeso, para ello, disminuye el número de calorías que consumes diariamente y practica alguna actividad física.
Finalmente, ya hemos analizado que los problemas de salud combinados con otros factores pueden favorecer el cúmulo de grasa en el hígado. A su vez, para algunos este exceso de grasa actúa como una toxina causando daño en las células hepáticas, provocando inflamación en el hígado. Este hecho puede llevar a la acumulación de tejido cicatricial generando cirrosis hepática. Por ello, es necesario consultar con el médico si presentas síntomas persistentes preocupantes.
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