Todos en algún momento de nuestra vida hemos sufrido de un calambre en la pierna durante la noche cuando ya estamos acostados o incluso dormidos. Esto se trata de una contracción muscular involuntaria que genera un intenso dolor y que de forma brusca irrumpe el sueño.
Los calambres se originan por el uso excesivo de un musculo, la deshidratación, una mala posición durante un periodo de tiempo prolongado o la tensión muscular. Aunque en la mayoría de los casos se desconoce la causa exacta.
Es importante mencionar que los calambres se pueden localizar en cualquier musculo, pero son más frecuentes en las piernas y en los pies.
La duración de un calambre del musculo gemelo puede demorarse algunos segundo o minutos, y dicho musculo afectado puede quedar dolorido durante horas. Incluso, no solo se siente el dolor, sino que también se puede sentir un bulto duro de tejido muscular debajo de la piel, algo que resulta muy incómodo.
¿Los calambres deben de preocuparnos?
De acuerdo con la clínica Mayo, los calambres musculares son algo normal que desaparecen solos y son raramente lo suficientemente graves como para que nos genere alguna preocupación o atención médica.
Pero, se debe de acudir a un especialista en caso de que los calambres generen alguna de las siguientes molestias:
- Se relacionan con debilidad muscular.
- Generan molestia intensa.
- Se relacionan con hinchazón, cambios en la piel de las piernas y enrojecimiento.
- Se presentan continuamente.
- No disminuyen con cuidado personal.
- No se relacionan a una causa obvia, como el ejercicio.
Factores de riesgo de los calambres en las piernas
- Edad: Las personas cuando llegan a cierta edad adulta pierden masa muscular, y esto hace que el musculo restante pueda sobre exigirse con mayor facilidad.
- Embarazo: Estas contracciones musculares son muy comunes cuando las mujeres están en embrazo.
- Deshidratación: los atletas que se deshidratan o fatigan en su mayoría padecen de calambres musculares cuando practican deportes en climas cálidos.
- Afecciones: Las personas que padecen de diabetes o trastornos nerviosos, tiroideos y hepáticos tienen mayor riesgo de sufrir de calambres musculares.
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