Con la llegada del invierno y el frio muchas personas empiezan a sufrir inevitablemente de resfriados, pues las bajas temperaturas causan que el sistema inmunológico se debilite.
La alimentación es un punto importante que debe de tomarse en cuenta si se quiere tener una vida sana y sin ninguna enfermedad, ya que el desarrollo de algunas enfermedades tiene relación directa con lo que se consume.
Para que el cuerpo funcione correctamente se debe de tomar en cuenta que el organismo debe de estar sano y realizar ejercicio o cualquier actividad física ayuda.
Pero, en los últimos dos años todo ha girado alrededor del covid, pero resfriados comunes como la gripe o el resfriado no han desaparecido completamente y muchos de sus síntomas siguen perturbando día a día a las personas. El mas común de los síntomas gripales es el dolor de garganta, cuyos efectos pueden disminuirse gracias a remedios caseros.
Remedios caseros
Tomar una dicha caliente
Uno de los mejores remedios para la gripe y el dolor de garganta es tomar una ducha caliente, pues con esto se logra humedecer zonas de la mucosa de la garganta reduciendo el dolor de forma considerable. Además, se sabe que tomar una ducha caliente ayuda a conciliar el sueño por las noches.
Gárgaras de agua tibia y sal
Hacer gárgaras de agua tibia y sal ayuda a combatir las bacterias, por lo que se deben de hacer cada 4 horas para aliviar el dolor.
Mantenerse hidratado
Es necesario estar hidratados, pues una buena inflamación reduce la densidad de mucosa y congestión en la zona combatiendo la sequedad y el dolor
Evitar el alcohol y fumar
Este puede que no sea un remedio, pero si es importante de mencionar, ya que este tipo de productos irritan las zonas de la garganta, y por lo tanto vana a ocasionar que el alivio y la cura sucedan mucho mas lento.
Tomar una taza de té con miel
Por último, bebes una buena taza de té con miel, o cualquier otra bebida caliente como la manzanilla y el jengibre ayudan a aliviar el dolor de garganta, esto se debe a sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Estos remedios mencionados sirven siempre y cuando el dolor no sea causado por una enfermedad grave, pues en ese caso lo mejor es acudir al medico para que este recete los medicamentos apropiados.
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